viernes, 3 de enero de 2014

Último episodio: el reencuentro


Dicen que todo esto de la vida va de disfrutar el momento y cinco días son, en un año entero, un momento. También dicen que lo bueno llega en esta vida en pequeñas dosis, que el perfume, el chocolate y el buen vino hay que saborearlo en cantidades pequeñas, despacito, saboreando, cerrando los ojos, para que el sabor, el aroma y la textura llegue a lo más profundo inundando venas y arterias, pegándose a la médula, como un chicle. También dicen que después de lo malo viene lo bueno, que tras la tormenta brilla el sol y que después de un primero y un segundo llega el postre. 

Así llegaron cinco días de postre de chocolate y almendras, de perfume de bergamota y canela, de vino chileno, de nieve recién caída tapando los pasos andados, de palabras que taparon los silencios, de abrazos que mitigaron el dolor solitario de la incertidumbre y la tristeza, de trocitos de turrón y chocolate de naranja que calmaron la ansiedad, el miedo y la preocupación. 

Quizás imaginé terminar el dolor, quizás descubrí colores nuevos nunca antes imaginados y allí estaban todos mis colores, globos, pasados y presentes, rocas, caras de pan surcadas de arrugas de felicidad y como el buen vino que fluye de la copa a la garganta, así terminó 2013. Un apoteósico final para una película que ya duraba demasiado. 

Es en un momento cuando uno descubre que buscando ya encontró, que lo que no estaba simplemente esperaba y que a veces tan sólo es necesario parar, cerrar los ojos, respirar y volver a mirar de nuevo. Así que esto es lo que haré en todos los momentos que vendrán en este nuevo año. Cerrar los ojos y abrirlos para ver de nuevo para que la imagen de todo lo que veo no esté distorsionada, para que el brillo y la luz se exprese en cada mirada y dejar de lado ese pequeño Gollum que tanto agota. Vivir despacio pero con intensidad, tranquila pero sin perderme nada. Cuidarme y quererme un poco más, para no cansarme y tener así aún más tiempo para mirar, para seguir jugando a todo esto que va de buscar, a veces perder, encontrar y llegar siempre al reencuentro. 









1 comentario:

Pekas dijo...

Que bonito es buscar-se...descubrir-se...querer-se...amar-se...

Hoy me quedo con el perfume a bergamota y canela...y una copa de ese vino chileno.. ;-)