Una de nubes, una de claros...Una de monte y una de urbano

Este fin de semana ha sido tan variado como el tiempo. Un poco de nubes y algunos claros, un poco de monte y un poco de urbano. El tiempo se ha estirado lo indecible y nos ha dado tiempo a hacer de todo...

El sábado nos levantamos con tranqulidad, que hay tiempo para todo y el estado zen empieza a ser parte de mí. Quedamos con Gonzalo y nos vamos a Castillo de Bayuela, que parece que el tiempo nos va a dejar disfrutar del granito.

Esta vez estamos la sojipandi casi al completo y el pie de vía es muy entretenido, hay conversación para dar y tomar. Con muchísima tranquilidad...Un poco de conversación, un poco de escalada, otro poco de conversación, paseíto por aquí, arriba, abajo...

-Canijo, trae el queso que ya lo corto yo.
-¡¡¡Por aquí hacen una oreja buenísima!!!
-¿Tiene alguien una pera o una manzana para que me pueda tomar un vinito?
-Niño, cuidado con la merienda.
-Bea, eso de ahí es hielo...Tronca, por ahí no bajamos...
-Pues canijo, nos vamos mañana a la Pedri a darle un poco hasta la hora de comer y listo.
-Había una china que viajaba sola
-Pues fijo que va a ser la misma china que se encontró mi padre en Austria...

Al terminar el día, vamos a dar una vuelta. El verde de Castillo de Bayuela es clorofila y nos imaginamos una noche de verano con este paisaje y todo lleno de estrellas. Empieza a hacer frío. Es hora del vinito...

El domingo nos ponemos el despertador con intención de ir a la Pedri un ratito. Pero el cansancio acumulado nos puede, media vuelta y a seguir durmiendo...

A las 3 viene Yuss, mi colega de carrera. Me encantan estos reencuentros en los que el tiempo sólo ha cambiado nuestra ropa, nuestra casa o la música que escuchamos. Charlamos, recordamos los viejos tiempos...Con muchísimo cariño, con ese espacio que sólo existe entre nosotras por lo compartido, por lo que entendemos y por lo que nos conocemos. Perderte en la conversación, cerrar los ojos y sentir que hace ya muchos años que tomamos té con masala y que su sabor aún perdura, igual que nuestra confianza.