Somos solos pero no queremos estar solos, complejidades de esta humanidad individualizada, postmodernizada, pasada de rosca, llena de treintañeros (casi cerca de los cuarenta), todos buscando, buscando, buscando, buscando, y todos solos, en compañías no escogidas, cervezas y cenas que no tienen lugar, camas grandes, sin compartir, bueno para los fabricantes de pijamas (hace frío bajo las sábanas), hombres solos corriendo al atardecer, mujeres solas mirándose en el reflejo de un escaparate, chicas que caminan por el parque, solos, solos, solos, buscando, buscando, buscando, buscando.
Nos chocamos hombre y mujer, hombre y hombre, mujer y mujer en la calle y nos miramos de mala manera, "¡Tengo prisa! ¡Estoy buscando!" , "¡Perdona! ¡Yo también tengo prisa! ¡Aparta! ¡Estoy buscando"
Seguimos caminando rápido, sin pararnos a mirar, sin pararnos a pensar, quién está delante. No nos vemos y no vemos. Nada, nada, nada. Y seguimos buscando, buscando, buscando...
-------------------
¿Cuánto tiempo pueden seguir volviendo los maridos que se han mudado para darse una ducha? Y si va a continuar haciendo lo mismo, ¿cómo puedo explicar los constantes y repetidos atascos mucho después de que se haya mudado con su nueva pareja, y yo con la mía, posiblemente con un hombre de pecho lampiño?
La mujer es una isla, Audur Ava Olafsdottir
No hay comentarios:
Publicar un comentario