jueves, 20 de octubre de 2011

Reflexiones feng shui
























Tengo que cuidar el lado izquierdo de mi habitación, me dicen que lo mime con tonos tierra, flores, naturaleza, calor...Escojo música, formas, colores y un mudra. Empiezo trazando formas, asentando las bases, delineando el futuro. Poco a poco voy añadiendo sustancia, las vidas que se esculpen día a día sobre los cimientos de nuestras casas.

Y mientras tanto, reflexiono sobre estas manos que dibujo, que te dan y se muestran para que tomes de ellas, reflexiono sobre estos colores de otoño que vienen de un calor que me hierve dentro. Aquí queda, como siempre, en el papel, atrapado por los precicipios de cada lado de un folio. Aquí queda, o tal vez no...Porque mi mano se mueve más allá, mi mano escribe, mi mano se dirige a los labios para comprobar que sí, que puede hablar, que puede expresar y que estos colores, estas formas, te las puedo dar, te las puedo contar.

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Como un gran borrón de fuego sucio
se demora el ocaso en las nubes que quedan.
Viene un vago silbido desde lejos en la tarde muy calma.
Debe proceder de un tren remoto.

Pero entonces me viene una nostalgia vaga
y un deseo plácido y difuso
que aparece y desaparece.

También algunas veces, sobre la flor del río,
se forman unas burbujas en el agua
que nacen y se deshacen
y no tienen sentido
salvo el de ser burbujas de agua
que nacen y luego se diluyen.

Poesía I, Los poemas de Alberto Caeiro 1, Fernando Pessoa

1 comentario:

Pekas dijo...

Bonitas manos.. y preciosos colores... :-)))