lunes, 7 de diciembre de 2009

Aprovechemos el otoño

Forrada y acolchada, por dentro, por fuera, a mi alrededor. Me calzo los gatos y me calzo mi vida, tan real como la roca, tan rugosa, a veces, como el granito.

Aire limpio , aunque frío, que me limpia, me calma. Un aire sencillo, el de La Pedriza, el de Cercedilla, que invita al sueño, que pliega mis párpados y ralentiza mi respiración, en las subidas y en las bajadas, en las conversaciones, con un hada que me acompaña y que me inspira.




Otoño


Apovechemos el otoño
antes de que el invierno nos escombre
entremos a codazos en la franja del sol
y admiremos a los pájaros que emigran

ahora que calienta el corazón
aunque sea de a ratos y de a poco
pensemos y sintamos todavía
con el viejo cariño que nos queda

aprovechemos el otoño
antes de que el futuro se congele
y no haya sitio para la belleza
porque el futuro se nos vuelve escarcha


Mario Benedetti, Insomnio y duermevelas

9 comentarios:

Pep dijo...

Es algo difícil de explicar, como a vosotros no os pasa seguramente no lo entendréis, pero yo siempre he sentido que vivía dentro de un túnel, a oscuras, aparte, lejos de todo. (Castillos de cartón. Almudena Grandes. Tusquets)

Anónimo dijo...

Grande, Benedetti

Fer dijo...

Aprovechemos, antes de que se escape, ahora que aún se deja tocar.
Bss

biciatleta25 dijo...

Hola, llego a tu blog a través del de Fer. En su última entrada nos recomendaba que echáramos un vistazo a tu blog.
No podía ser de otra manera, montañera y pedricera, muy bien.
Con tu permiso me quedo por aquí.
Un saludo

biciatleta25 dijo...

Hola, llego a tu blog a través del blog de Fer. En su última entrada nos recomendaba que echáramos un vistazo a tu blog, pués aquí estoy. Veo que eres también pedricera, todo un lujo.
Con tu permiso me quedo por aquí.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Se nos murió Benedetti, pero nunca dejará de dar vida con su lectura. Excelso.
Murió José Hierro, pero antes de que el otoño se acabe de congelar en forma de invierno, le recuerdo con este motivo. Por el otoño que abrazamos cada año y nos deja su marca de agua:

Hemos visto, ¡alegría!, dar el viento
gloria final a las hojas doradas.
Arder, fundirse el monte en llamaradas
crepusculares, trágico y sangriento.
Gira, asciende, enloquece, pensamiento.
Hoy da el otoño suelta a sus manadas.
¿No sientes a lo lejos sus pisadas?
Pasan, dejando el campo amarillento.
Por esto, por sentirnos todavía
música y viento y hojas, ¡alegría!
Por el dolor que nos tiene cautivos, por la sangre que mana de la herida
¡alegría en el nombre de la vida!
Somos alegres porque estamos vivos.

Muy atinadas las fotos y qué gusto leer el texto con hada incluida.

Anónimo dijo...

He colgado un comentario y se ha esfumado tras una frase parecida a Debe verificarse por la dueña del blog. (no es eso porque no me acuerdo, pero sí la idea)
Puede ser cierto?
Porque si no aparece en el blog, entonces por favor podrías devolvermelo.
Gracias

Ona dijo...

mmmmm
me parece... que yo también estuve con un hada...

sioké?

Pokol dijo...

Gracias Nacho...Da gusto leer algo así sorbiendo mi infusión de jengibre:)

Biciatleta...Lo de pedricera...Una vez al año...Soy más bien de caliza, naranjita, pero caliza...

Ona,¿otro hada? ¿en la granja entre rosas y frambuesas?:)