Calentando motores

Ya estoy con la maleta hecha, así que lo normal es ver cómo están las cosas en el país de destino. Pero nadie parece ponerse de acuerdo. Por un lado tenemos a los que dicen que todo es maravilloso y por otro lado, las noticias que aparecen cada mañana en la prensa vietnamita. Todas ellas de carácter desalentador.

El caso es que si no me pillo la famosa Gripe A, me contagiaré de dengue, me empaparé hasta las rodillas en alguna inundación del tifón Parma, que no hace más que dar vueltas, o lo que es más probable: no me pasará nada.

Y lo sé porque, sinceramente, me río de los medios de comunicación. ¿Cómo puede estar Hoi An tan, tan, tan mal si la gente que está allí dice que está todo bien?

¿Cómo puede ser que yo, con lo endeble que soy, que me pillo hasta el más mínimo virus, no me haya visto postrada en la cama durante una semana mientras que estos tiarrones están todos contagiados de Gripe A?

¿Cómo puede ser que sea justo en una República Socialista donde aparezca un brote de Gripe A que se resiste al Tamiflu? ¿No será el Gobierno de Vietnam que quiere demostrar que todo esto no es más que una estrategia de los enemigos capitalistas? ¿O será que su capitalismo sumergido se ha vuelto por fin más liberal y controvertido que el libre mercado de occidente y quieren hacer del bálsamo de tigre el producto más vendido del país?

De cualquier forma, haya o no haya tifón, gripe, dengue, inundaciones, etc., también es verdad que en nuestro país hay terrorismo, corrupción, trozos de sangre coagulada envuelta en piel y muslos de cerdo crudos colgados en los bares.

Queda constatado que tengo cierta tendencia a sumergirme en mi interior para así poder dar vueltas a todos estos asuntos (entre otros). Así que este puente nos fuimos mi family, el Chavo y yo al monte a desconectar. Nada de escalar. Esta vez tocaba paseos, bosques de color ocre y muchos mimos en familia.

¡Qué bonito está el valle de Tena en Otoño! Subimos al Pecino y algunos se aventuraron en el Bosque del Betato, ¡a sabiendas de que algún hada les podía convertir en lagartija!