martes, 7 de octubre de 2008

Respiraciones conquenses

Conozco Cuenca entre semana y me va descubriendo sus secretos. Calles tranquilas, caras relajadas que vuelven a sus casas por la noche, frío digno de un cielo limpio y oscuro, falto de luces artificiales.

Vamos a tomar algo y el Chavo me hace probar carne de tripas, "esto te va a gustar canija". No consigo quitarme de la cabeza lo que es realmente, igual que en mis labios no desaparece la sonrisa por estar en un lugar mágico, lleno de momentos encantados.
Por la noche hace frío y dormimos arrebujados entre sacos bajo un pinar. Si miro por la ventanilla de la furgo veo que entre los árboles se ven las estrellas y alrededor no se escucha más que nuestra música. Dormimos y no nos molestamos en madrugar, que estamos de vacaciones y, siendo sólo dos, hay tiempo para todo.
Con tranquilidad nos vamos acercando al Alfar. Probamos nuevas vías para calentar, un 6a tirando a la izquierda de la Guarra, y repetimos otras, uno de los 6a+ a la derecha de la Guarra. Y nos ponemos en materia, porque el fanatismo no deja de ser parte de nuestras vacaciones...

Le vuelvo a dar a la Gatuchi. Podría repetir esta vía mil veces e incluso destreparía uno de sus pasos en la mitad de su línea para disfrutar de él hasta saciarme del todo. El paso final, que se me antojaba imposible, sale sin más. Lo que hace el coco cuando estamos relajados y centrados...
El Chavo le da a la Gato con Botas. Y como todo en esta vida, el que la sigue la consigue. Todo es cuestión de ganas, esfuerzo y motivación. Todos los pasos difíciles acaban saliendo e incluso se tornan sencillos cuando todo cuadra a nuestro alrededor. ¡¡¡Felicidades niño!!! Recompensa a la constancia y al buen escalar.



Paramos a comer un poco y a nuestro alrededor sólo hay silencio, que se rompe con un grito del señor de la alfarería, cortando nuestra conversación. Por lo demás, un montadito de jamón, sol, sonrisas y paredes de un naranja brillante que nos esperan...

Volvemos a calentar en un 6a y otro 6a+ que no había probado y que, al igual que la Gatuchi, nos machacan las yemas de los dedos. La marca conquense agravada con un poquito de dolor de la arenisca de Jaizkibel...

Me voy a mi proyecto, La Guarra. Hoy estoy tranquila y concentrada.

Y pienso.

Pienso que me duelen las yemas de los dedos de la arenisca de Jaizkibel y de las vías previas. Pienso que he cometido un pequeño error en darle a tantas vías antes de terminar el día con un proyecto. Pienso en que el paso del final me dio miedo al primer pegue.

Y pienso.

Pienso que esta vía es no buena, sino buenísima. Pienso que esta vez voy poniendo cintas y que esto supone más concentración y toda mi motivación recién recuperada. Pienso que tengo a la persona indicada abajo asegurándome. Pienso que tengo que pensar menos y escalar más. Pienso en los pasos, en los reposos, en la fisura. Pienso en disfrutar de cada paso. Pienso en escalar.

Y le doy.

Consigo entrarle bien a la vía. El paso de entrada se me atascó la última vez y ahora lo saco. Esto me sirve de comparativa "si el otro día este paso se me cruzó y hoy no me ha costado, en general, iré mejor". Efectivamente. Tiro y voy muy, muy concentrada. Intento no pensar en los pasos de arriba y atender sólo al paso presente y al siguiente. Pero en la cuarta chapa me equivoco. Pillo un romo que no es y pierdo la concentración. Sigo y resuelvo el resto muchísimo mejor.


Y reflexiono.

Qué sensibles somos a nuestro entorno. Cualquier cosilla que nos preocupe puede hacernos fallar y solamente tener la mente despejada nos puede hacer ver las cosas con claridad, como realmente son...

Damos el día por terminado y, con un poco de frío metido en el cuerpo y una clásica, ponemos rumbo a Valeria. Ya no está tan verde como el día que la conocí, pero su paisaje me sigue dejando los ojos abiertos como platos.

Cenamos y nos quedamos dormidos escuchando a Chambao. Por alguno razón, algunos temas me parecen más profundos que otras veces...El cansancio, la rica sencillez del momento...

Nos despertamos y remoloneamos en la furgo. Levanto la cabeza un poco y veo Mesalina y Pirañas frente a mi. Me vuelvo a tumbar y me escondo entre mantas y sacos. Respiro hondo, como si quisiera inhalar y tragarme este momento con respiraciones más largas... ¿Qué más se puede pedir?

Desayunamos a pie de vía y, a nuestro lado, unos chicos le dan a la guitarra, entre otras cosas. Mientras tanto, nosotros dejamos que el calor vaya derritiendo el frío nocturno y hablamos de cuando éramos pequeños, del campo, de lo que nos importa.

Hoy no es el mejor día de escalada. Yo me noto cansada y no consigo motivarme del todo con las paredes de Valeria. Sin embargo, Valeria es un lugar precioso y me vale con pasar el día entre sus paredes y su paisaje, me vale con comer en una esterilla, me vale con una siesta en le furgo, me vale con tumbarme y respirar este aire limpio.

Paseamos por otros sectores de la zona y nos vamos al pueblo a tomar algo. Allí nos reímos un rato con el cuaderno de piadas en el que, por supuesto, dejamos nuestros comentarios. Que quede constancia de la visita y que quede allí el recuerdo de un viaje más. Una escuela y sensaciones muy distintas de personas de distintas procedencias con un denominador común: escalar.



La escalada de mis vacaciones se acaba aquí, pero no el viaje, que sigue día tras día, con nuevos croquis, líneas, proyectos y recauchute de gatos, para recordarme todo lo que aún me queda por escalar, todo lo que me queda por palpar con mis pies y con mis manos.



Niño. Un viaje mágico. Ya lo sabes.

12 comentarios:

Fer dijo...

Ya calientas en los 6a. Uff.
Cuenca lugar mágico, y yo sin conocerlo.
Bss

la granota dijo...

De vez en cuando es bueno ser consciente, de que hoy, de que ahora, estamos fabricando las nostalgias que descongelarán algún futuro (Mario Benedetti)

la granota dijo...

:)

Pokol dijo...

Fer: pues estás tardando en ir a Cuenca, que está aquí cerquita...

Granota: qué bueno. Anoche leía a Benedetti...

"los sentimientos se deslizan, a veces se refugian en guaridas de amor, pero cuando emergen al aire preso o libre, dan el color del mundo..."

Chavo dijo...

Vya pedazo pegue que le diste a la guarra...me dejaste anodado por un instante...pense:"esta nos da un disgusto hoy y se la lleva...con lo exigente que es esta vía!!!"...Menos mal que tenías las yemas de los dedos hechas una full...que sino...

Bueno...es cuestión de tiempo...ademas ya sabes que en esa vía lo mas importante no es el físico...sino creertelo y concentrarte a tope...

YA ES TUYA!

Que guapo Valeria verdad???que agradable escalar allí en tu compañía,difrutando de un paraje que para mi es único...

Un beso.

Juan korkuerika dijo...

Ya estoy por aquí... para finales de Oct o Nov hace una de Cuenca???? jejejeje
Un besico, enhorabuena por la pretada y ya sabes "pretar y subir o pretar y caer" pero la cuestión es pretar, lo demás ya saldrá jejejje

Diego dijo...

Vaya evolución que llevas wapa !!

A este paso no va a haber nadie que te tosa al lao ehhhh. Al Chavo le tienes aconGojao ya, jejeje.

A seguir apretando !!.

Cuidate.

Diego.

Pokol dijo...

Eh canijo...Valeria mola tb...tengo ganas de conocer los demás sectores
Alpinista: nos vemos prontito!!!
Diego: escalar, escalar y escalar. A ver si coincidimos algún día!!!

ada dijo...

El ayuntamiento de Cuenca debería nombraros "Escaladores de Honor" durante un acto en el que también os obsequiaran con las Llaves de la Ciudad (jejeje)!!

Bxuss!!
ada

Ona dijo...

...la rica sencillez del momento...
A por esa roca tan buena Pokol, es toda tuya!!!
Un besazo

Natxo dijo...

Buena escalada y mejor crónica, que manera de escribir!!! Leyendo tu blog dan ganas de escalar y de aprender a escribir.

besos

Pokol dijo...

Ona...es q lo sencillo es tan rico...

Natxo...a escalar y a escribir...bueno, q veo que vosotros hacéis mucha invernal no???? ya hablaremos...
besosssss