martes, 22 de abril de 2014

Apunta, cierra los ojos y deja marchar...


Hay ciclos largos, cortos, algunos dolorosos, otros breves y uno que dura todo la vida, desde que nacemos, somos, actuamos, integramos y nos damos por satisfechos. Algunos ciclos esconden sus fases para confundirnos, para no saber si somos o necesitamos, si actuamos o integramos.

¿Qué necesitas? ¿Qué necesitas? ¿Dónde está el límite?

Tensa, apunta, relaja las manos, cierra los ojos y no pienses más. Tan sólo deja marchar...La flecha vuela y con ella caen dudas, se sacude el polvo de los ojos que no quieren ver un poquito más allá. Sigue volando y se clava cerca de la diana, con determinación, rápida, certera. Así decido, apuntando, respirando, cerrando los ojos, soltando y dejando marchar.El nudo del estómago se estiró como la cuerda del arco y la distancia me permitió enfocar, ver cómo y en qué dirección van las flechas.

Dejando marchar, dejando marchar...


Descargo y me sigo preguntando ¿qué necesito? Lo sé. Abrí los ojos para ver y sentir. Apoyé el arco para descansar, recogí las flechas para volverlo a intentar.

El tiempo, la distancia, los ciclos, las relaciones humanas, el pasado, el daño que nos hicieron, nuestros miedos, pero también nuestra fuerza, la confianza, la pasión por vivir y disfrutar. Todo se entremezcla, todo es relativo, incluso cuántico. Pero está. Es parte del ciclo. Es un todo y no es el tiempo en sí el que nos cura porque podemos vivir un ciclo en lo que tarda una flecha en llegar a la diana o podemos vivir un ciclo de una vida entera. Es nuestra intención, nuestra actitud y nuestra fuerza lo que nos mueve a seguir adelante, ciclo tras ciclo, ciclo tras ciclo, apuntando, cerrando los ojos y dejando marchar...










·Soñar hace que un jardín se convierta en una gran montaña, que un canal sea un gran río, que un árbol con un agujero cuente cuentos y que la libertad se produzca  cada noche junto a la almohada. Tal vez soñando se encuentre lo que tanto se busca. Sólo hay que querer. Sólo hay que soñar."

Vegetal Jam, Valnerols. 

2 comentarios:

Cris Pérez dijo...

Yo estos días reflexionaba acerca de los momentos de cambios...

Cuando hay cambios, hay una cierta 'inquietud', 'inestabilidad', ... Entonces piensas en las tormentas y sabes que después de la tormenta, siempre llega la calma.

Yo soy bastante 'mística', así que me sirve. Pero siempre tienes algúnx colega que de místicx no tiene nada y te dice: ya, ya, después llega la calma, pero ¿de mientras?

Mi reflexión es la siguiente: de mientras, te mojas. A veces sientes frío y otras agradeces esa lluvia. A veces las gotas se clavan en la cara, como cuando vas en bici... Te puedes mojar y lamentar de no tener sol o puedes disfrutar de estar mojándote e incluso bailar a lo brasileño...

¡Gracias por compartir un trocito de tu camino conmigo!

Puede que lo que digo no venga a cuento, puede que sí. Tu escrito me ha sugerido esto...

¡Un besazo Pokol!

Pekas dijo...

Dejar marchar..no retener... vaciar para poder volver a llenar... ;-) ciclo tras ciclo... paso tras paso... silencio tras silencio... la vida... ;-)