En un autobús, paseando por un acantilado, la lluvia, las nubes, lo que sostengo, lo que a veces no me deja respirar y después se va.
Las tormentas que me ciegan en el camino.
Pero después llega una luz, llega una conversación en una noche de insomnio, una mirada de colores infinitos, una caricia en la cabez "shhhhhhhhhhh". Aunque no puedas dormir, at least try.
La nube sigue en Madrid pero descubro matices blancos y brillantes en este cielo que no es mío. Observo que si entorno los ojos para ver el horizonte el cielo no termina, el mundo no termina aquí.
El mundo comienza allá donde miro.
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En algún lugar de Irlanda |
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