sábado, 14 de abril de 2012

Un descanso en el desierto

Creo que mi camino va por aquí. Lo veo con estos anteojos. Sí, está claro, es mi camino. Miro atrás y veo esta cuesta que acabo de subir. Uf, cuánto esfuerzo me costó pero qué bonitos fueron los pasos y las palabras que lo acompañaron.

Sí, está claro, ahora estoy sentada. Estoy aquí, descansando. ¡Qué bueno es el descanso! A mi lado, mis compañeros de viaje me dan luz cuando llega el atardecer, me dan agua cuando tengo sed, sienten mi corazón, mis pies, me acarician el pelo, secan mis lágrimas de cebolleta, susurran bellezas de doula a mi oido...Ven en mí y yo, yo veo en ellos.

Todos vamos, yo voy, todos estamos, yo estoy y, con estos prismáticos, tan sólo veo ampliado lo que tengo dentro: el camino es la línea de mi sonrisa, la línea de mis caderas, el camino es la línea de la materia en el universo, el camino parece que deja de ser camino porque es circunferencia.

El camino...línea infinita que siempre se encuentra a sí misma.




















"Mi madre había reunido las prendas de punto de Bootshaven y se las había llevado a casa. Las conservaba en una caja en el armario de su dormitorio. Un día la encontré por casualidad y, con una mezcla de estupefacción y regocijo, desplegué las esculturas de lana sobre la cama de mis padres. Mi madre llegó en ese momento. Yo no vivía ya en casa de mis padres y Bertha estaba en la residencia de ancianos. Pasamos un rato contemplando las monstruosidades de lana.
-Es que todo el mundo necesita un lugar donde conservar sus lágrimas- dijo mi madre como para justificarse, y guardó otra vez la caja en el armario. Nunca más volvimos a hablar de los tejidos de Bertha."

El sabor de las pepitas de manzan, Katharina Hagena

3 comentarios:

ruth dijo...

Gracias por tus palabras, estas son para tí.

Cúbreme de cielo el alma,
Descalzaré mis pies para sentirte,
Desbordare mis labios los llenaré de besos,
Prenderé de anillos de colores los dedos de mis manos,
Desnúdame de agua,
Abrázame en tus días, yo me entrego.

Pep dijo...

Los ángeles vuelan porque se toman a la ligera.

Jean Cocteau

Pekas dijo...

Caminante no hay camino... sólo.. hay que seguir caminando...

Un abrazo.. pasito a pasito..