Copitos de nieve

Copitos de nieve y visitas a los herbolarios en busca de dulces de algarroba, ¡que ya sólo quedan tres días para Nochebuena! Son días de recuerdo y de cariño, de abrazos que me dejé por el camino por no dejarme y de amores que conservo cerquita, cerquita, para que siga siendo íntimo, único y especial. Son fechas de turrón, de lotería y de mucho hablar. Son fechas de añoranza y nostalgia comprimida, de lágrima fácil y de sentimientos irreales que juegan malas pasadas. Son fechas de deseos y esperanzas, de cambios e intentos, de promesas, de pruebas, de espontaneidad.

Miro el calendario y pienso en las promesas del año anterior, en las cenas, en las despedidas "¡Hasta el año que viene!", ¡"Felices fiestas"! Me estremezco y la vívida imagen del recuerdo me encharca los párpados y el corazón. Sigo adelante y me cuesta no emocionarme con mi pasado, tanto como no ilusionarme por mi futuro: el vagón de mi vida ya no va sobre ruedas cuadradas con cadenas porque ahora tengo llantas de aleación de aluminio, que son ligeras, que duran y que, a diferencia de los tapacubos de siempre, no salen rodando cuesta abajo en busca de un hogar mejor.

En fin, creo que este año será especial, porque yo ya no soy la que no era sino la que siempre fui pero nunca supo ser.