jueves, 5 de noviembre de 2009

Lost in Haiphong


Día 1

La terminal doméstica del aeropuerto de Saigón me recuerda al aeropuerto de Fuenterrabía: pequeño, local, aburrido. Me quedan dos horas para volar y en todo el edificio sólo hay dos occidentales acompañando mi aislamiento. Son viajeros experimentados, su ropa lo dice. Ambos trabajan en sus portátiles, ajenos a lo que ocurre a su alrededor. "¿Trabajarán para Lonely Planet?", me pregunto. Les miro, me miran, nos sonreímos. Ellos vuelven a frunciar el ceño delante de su pantalla, yo vuelvo a hacer que leo, porque a mi alrededor suceden demasiadas cosas que no me permiten prestar la atención requerida para poder entender las larguísimas descripciones de Almudena Grandes.

Me empiezo a sentir sola y un brote de ansiedad empieza a generarse en mí. Me voy a Haiphong, donde no va nadie, donde no hay nada. "Mierda, tenía que haber volado a Hanoi".

Embarco entre codazos de viejecitas que gritan y airean sus dentaduras negras allá donde van. El avión es puro caos, gritos, llantos y un nerviosismo generalizado que se palpa en el ambiente, que gotea en cada poro de estos voladores aún sin iniciar.

Volar me tranquiliza y consigo dormir, así que a mi llegada a Haiphong estoy algo más calmada. Para recoger mi mochila tengo que enfrentarme a las viejecitas de nuevo, aunque esta vez les sonrío y me hacen un gesto de ¿aceptación?, ¿entendimiento?, no lo sé. Me ha ocurrido varias veces en este país, sonreír y recibir a cambio un apretón en el brazo, una palmadita o una inclinación.

Mi hotel está lejos del centro y no consigo entenderme con nadie. Creo que ellos me entienden pero su acento es tan fuerte y su inglés es tan básico que sólo consigo adivinar palabras sueltas. La soledad me invade de nuevo y pruebo a conectarme a internet, pero sus ordenadores no están configurados para occidente y no puedo siquiera acceder a mi cuenta de gmail. Sigo aislada en Vietnam, con jetlag, premestruando, cansada, incomunicada.

Quiero salir a cenar, pero en recepción me dan a entender que el hotel no está en mi mapa. Es decir, estoy fuera del centro, fuera del itinerario visitado por quien quiera que escribiera sobre esta ciudad en Lonely Planet. No hay restaurantes, así que subo al sexto piso y ceno en el hotel. En el ascensor me miro al espejo. Estoy nerviosa, muy nerviosa. "Marta, por favor, ¡cálmate! Es normal sentirse así, te acostumbrarás, hace mucho que no viajabas sola, es la primera vez que estás en Asia sola, a todo se hace uno. Disfruta de tu propia compañía".
Las luces están apagadas, no hay clientes. Ceno sola mirando por la ventana, viendo el centro de la ciudad, a unos 4 ó 5 kilómetros de mi hotel. "No merece la pena ir ahora, aquí no voy a encontrar nada y necesito descansar". El vino es demasiado caro y pido una cerveza para calmar mis nervios. Termino una y pido otra. Mi Pho Gà no está nada bueno. El pollo no es más que hueso, piel y grasa. Lo voy apartando y me centro en los tallarines y en la cerveza.

Cuando termino son las 8. Para mí es todavía mediodía. Así que sin saber muy bien qué hacer, me voy a la habitación. Lío un cigarrillo, abro la ventana y me siento en el alfeizar a fumar mientras veo pasar uno tras otro los camiones que vienen del puerto y de ¿China?. Haiphong es una ciudad mercante, una ciudad industrial. No es una ciudad para mí.

"Canijo, t yegan mis sms? Respondm plis"
"Sí knija, me yegan, ya he avisao a tus padres q estas bien".

El alivio del breve contacto dura tan sólo unos minutos. Sigo nerviosa y enciendo la tele. BBC News, National Geographic...Mi ansiedad establece un gráfico curvo, viene y va, y cuando llega al momento álgido, me obliga a abrir la ventana para no ahogarme.

A las 4 de la mañana consigo conciliar el sueño. A partir de aquí todo es distinto. Ya sé a lo que me expongo y ya sé que al final no pasa nada. Uno sólo necesita acostumbrarse, dejar que todo pase, suceda. Incluso el sueño.

3 comentarios:

Ona dijo...

cachissssssss cómo se aprende cuando se sale al espacio exterior...

mua-pa!

Pekas dijo...

Me gusta como sientes cuando estás "volando"... ;-)))

Salut i muntanyes.. !!!

Anónimo dijo...

Entiendo perfectamente esa sensación de sentirte indefensa, temerosa y en otro mundo...y es increíble que dure tan poco...será porque eres una viajera experta...