






Me siento delante del ordenador e intento revivir este viaje con mis fotos. Me muevo en un ambiente aséptico sin el perfume del cilantro.
Demasiados metros cuadrados para tan pocos.
Todavía no he visto desde que llegué. Nada. Tan sólo las distancias que ya se imponen al poner pie en mi mundo occidental.
7 comentarios:
...magkedaoflipao!...
Saluz (sobre todo ahora)
te entiendo
Que guais las fotos!!
Bienvenida de nuevo... además de a tu nuevo compañero.
¿A que el primer día sólo sueñas con tu cama? no sólo por el sueño, si no por dormir en tu hogar... yo es lo que más añoro cuando estoy fuera.
Estoy seguro de que el viaje que has hecho te a llenado de recuerdos que nunca olvidarás: las sonrisas, la amabilidad, los intentos de timarte con caramelos...
Disfruta de tus recuedos, y lo dicho: Bienvenida!.
Un besote.
Aunque imagino que aún estás más allá que acá... bienvenida, Marta.
Las fotos, instantes que seguro nunca borrarás de tu retina.
Muy distinto todo, ¿eh?
Bss
No sé si todavía estoy allá, pero aquí todavìa no he llegado:)Simplemente estoy disfrutando el poso del viaje. Que nadie me lo fastidie! jeje.
Óscar! Pues...La verdad es que no, porque yo siempre duermo mejor en cualquier sitio menos en mi cama...En cuanto salgo de casa empiezo a dormir como un lirón...Pensar en volver a casa me suele producir ansiedad. He de reconocer que donde mejor duermo es en los aviones, en los trenes, en barcos, en el campo, en el suelo, en hoteles de mala muerte...jajajja. Pero mi cama, por alguna razón, nunca es suficientemente cómoda.
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