viernes, 17 de julio de 2009

Multithinking


Por primera vez en mi vida estoy "centralizada". Ya tengo la misma dirección en mi DNI, pasaporte, carné de conducir, seguridad social, hacienda, padrón, etc. Pero lo más importante es que, además, ¡es la dirección correcta! Así que es posible que esté asentando la cabeza y que esté llegando a aceptar que hay cosas que "simplemente hay que hacer".

O no.

Es curioso. Uno se quita de encima todas estas tareas burocráticas que siempre quedan en la lista de "To Dos" y, al terminar, uno se sienta y piensa "La verdad es que quizás debería buscar otro trabajo, o cambiar de piso; Madrid no me gusta, es el momento de cambiar".

Supongo que es algo intrínseco a la insatisfecha naturaleza del "ser humano de sexo femenino". Porque las curvas no son sólo parte de nuestra constitución física, sino condición sine qua non de nuestra psique. Subismo, bajamos, torcemos, enderezamos, vamos y volvemos...

¿Y qué me gustaría hacer? Pues no tengo ni idea. De momento me entretengo con mi viaje a Vietnam: itinerarios, hostales, pagodas, cursos de cocina vietnamita, trekkings e historia comunista a tutiplé. ¿Y después? Después llegará el invierno a Madrid y quizá ya haya dejado de sentir este ahogo, esta sensación asfixiante que me agota y que me reconcome la cabeza.

Creo que no debería de estar aquí, creo que debería aceptar el fin de una etapa "and then move on".

Llevo días pensando en viajes y más viajes. Salgo de casa y, escuchando a The Mutton Birds y pensando en las conexiones de vuelo desde Madrid hasta Ho chi Minh City, me encuentro de repente recordando Australia (tan sólo 20 minutos más tarde. Esto sí que es teletransportarse). Recuerdo cenas con Kath cerca de King Cross en un restaurante vietnamita en Sydney, los atardeceres en el porche, la arena bajo mis pies...Pero también recuerdo lo sola que me sentía. Rápidamente corto y vuelvo a Madrid (este viaje, por la rotación de la tierra, me lleva tan sólo 20'').

Vuelvo a estar en mi sofá y en mi rocódromo. En mi casa y con mi mejor compañía. Aún así, me ahogo, me ahogo mucho. Soy multifacética, multirrápidamente desmotivable, multiindecisa y variable, mutlicomplicada, multicontradictoria...

Ahora sigo delante de mi ordenador, en mi oficina, en este trabajo multifacético que me va al dedillo, pero que ya huele. Cuando termine, cogeré el metro, dos paradas, frutería y entrenamiento. De nuevo, todo esto se me olvidará en cuanto salga y me tome un vino con mis amigos, se me olvidará en cuanto llegue a casa y el Chavo aparezca con una sonrisa.

Aunque algo queda dentro. Un pequeño ahogo.

Dicen que el que no nada se ahoga. Pues a nadar toca...Busquemos rumbo.

4 comentarios:

Pokol dijo...

ay, qué malo es el calor y que esté todo el mundo de vacaciones...grrrr

Ona dijo...

aaaahh, y cuán multitarea somos... y cuántes etapas por cerrar, nunca se termina... y eso es lo bonito, las curvas del camino, las sonrisas, y tantas tantas cosas!

Pero no cambies nunca, eh?
Y sigue nadando, pero siempre siguiendo tu brújula, la que llevas en el pecho...

un besito, o dos, o tres... o todos!

Anónimo dijo...

Multi-todo es lo que te hacer ser Marta, especial (y para algunos entre los que me incluyo, imprescindible). CLICK-CLICK... vuelvo al curro

Pokol dijo...

gracias Pass...