Impulso de Coordenadas

X Racional
Y Sentimientos
Z Impulso Vital

Platón decía que cada individuo permanece en el rol que la sociedad tiene preestablecido para él.

Platón no tenía en cuenta lo impulsos. Platón no conocía la roca.

Nuestro lugar preestablecido es el suelo firme. Un lugar en el que todo sucede en un orden lineal y en el que nuestras relaciones se definen por el equilibro entre nuestro discurso racional, a partir del cual cada uno es consciente de sus propios actos, y la intensidad de nuestros sentimientos, herencia directa del lenguaje romántico.

Sin embargo, dentro de este orden aparente se crea el caos y dentro de él nuestro alter ego fluctúa. Curvas definidas por un eje de tres coordenadas: X, Y y Z.

Cada uno de nosotros obtenemos una gráfica distinta:

Algunos tienen valores más altos para la X: (1,0,0). Se examinan los riesgos, se evalúa el resultado, la fuerza, el esfuerzo necesario, el miedo, la exposición.

Otros obtienen valores altos para la variable Y: (0,1,0). Todo es demasiado intenso y el miedo no llega a ser un miedo real, sino un miedo creado por causas ajenas a la realidad.

Y otros se decantan por dar valor a la variable Z :(0,0,1). No valoran riesgos, ni tienen miedos infundados. De repente, algo se enciende y actúan.

Subiendo en Z me encuentro en mi camino de roca. A medida que los valores de Z aumentan, dejo atrás los valores de la X y la Y : (0,1,3), (0,1,4), (0,1,5)...

Así, tendiendo a infinito...tendiendo al cielo...